lunes, 5 de mayo de 2008

Hijos, no os olvideis que de Mi hija Magdalena saqué siete demonios

Muchas almas, muchas, son almas que ya pertenecen a Satanás. Son almas tan atrapadas en sus redes que para salir de las garras de Satanás necesitarían un milagro muy grande, porque el mal en ellas es ya un hábito tan grande que no pueden hacer el bien ni aunque lo deseen. Pero Yo, Jesús, que Soy mucho más poderoso que Satanás y que Mi bondad y misericordia son infinitas, puedo en un solo instante hacer que esas almas que pertenecen a Satanás Me pertenezcan a Mi. Yo, Jesús, os hablo.

Yo Soy un Dios de paciencia infinita y espero siempre la conversión del pecador, pero cuando un alma esta tan atrapada y tan habituada al mal, otras almas que son luz en el mundo, con sus oraciones, deben ayudarme en esta gran empresa de salvación. Porque aunque Yo puedo en un solo instante cambiar el corazón más pervertido, requiero la colaboración humana. Es necesario que almas que son luz en el mundo porque viven caminos de santidad y de entrega a Mi, Me ofrezcan su intercesión por esas almas que pervertidas y habituadas al mal, necesitan más ayuda que ninguna otras, porque aun están en el mundo, (1) en esas almas tan corrompidas, brilla aun más Mi misericordia cuando se convierten.

Hijos no os olvidéis que de Mi hija Magdalena saqué siete demonios, y ella luego Me amó como nadie después de Mi Madre, porque ella vio en Mí la bondad que nunca había tenido en otras personas, vio la santidad misma y se enamoró de Mi santidad, de Mi bondad de Mi dignidad. Ella creyó en Mí, ella Me entregó después el resto de su vida, ella ya no podía pasar sin Mí porque vio tanta bondad, tanto amor en Mí, que su corazón se volcó en amarme y (en) servirme como nadie en esos tiempos lo hizo. Yo, Jesús, os hablo.

Hay muchos hijos míos que tienen demonios, que viven leyes satánicas, que están super atrapados por Satanás, pero para Mí eso no es nada, pues de la misma forma que puedo hacer un pequeño milagro, puedo hacer el más grande, y con el mismo esfuerzo. Hijos no penséis que las almas que viven en corrupción están totalmente perdidas, no mientras haya vida. Pedidme por ellas, pedidme por los criminales, los violadores, los pederastas, los usureros, los ladrones. Por esos colectivos que os repugnan pero por los que Yo también di Mi Preciosísima Sangre y son hijos de Mi Madre. Yo, Jesús, os hablo.

(1) Mientras vivan pueden convertirse, después ya no.

1 comentario:

Unknown dijo...

estoy muy interesado en saber de quien es este blog, lo digo por que ando por caminos de nuestro Padre Celestial, y quisiera saber un poco al respecto del autor de este sitio y saber estos mensajes como fluyen y por medio de quien vienen.

por favor me podrias responder a jhonygordillo@hotmail.com


Gracias