Miradme hijos Míos, miradme Crucificado. Ved lo que parezco, ved si veis en Mí a un hombre o a un ser que no se puede ni reconocer. Miradme hijos Míos, miradme Crucificado. Soy Jesús Vuestro Señor y Vuestro Redentor. Pocos Me dais las gracias por haberos abierto las puertas del Cielo, con cuanto amor os redimí, ¡con cuanto amor! Mi Madre unió su amor al Mío y ambos os redimimos (1) con inmenso amor, Ella unida a Mí y Mi Divinidad.
Desearía que emplearais más tiempo en meditar los puntos de Mi Pasión, entrar en detalles, deteniéndoos en todos los acontecimientos que sucedieron. Desearía que bebierais de Mi Pasión y aplicareis su contenido en vuestra vida y en vuestras almas.
Vivís apegados a la comodidad, y cada día, os cuesta más la mortificación, la penitencia, pero vedme a Mi hecho un despojo por amor a vosotros, ¿y vosotros por amor a Mí qué Me dais? Os quejáis constantemente de las contrariedades que os vienen cada día, y en vez de ofrecérmelas renegáis de todo, y se lleva Mi enemigo mortal lo que Yo os envío para haceros crecer en santidad y para preparados más y mejor, a las pruebas que muchos de vosotros tendréis y (que) serán duras.
Hijos Míos, no desperdiciéis la ocasión de ofrecerme los malos ratos que os vienen en el día, presentárselos a Mi Madre y Ella Me los presentará a Mi unidos a sus méritos. Sois almas muy pobres aún en méritos, y tenéis que crecer más para alcanzar la vida eterna. Debéis de poner mucho más de vuestra parte, y si bien, no buscáis mortificaciones por vuestra cuenta, aceptad con amor y sin renegar las que Mi Padre os envía para vuestro bien, y así poco a poco, tendréis un tesoro en el Cielo donde ni el moho ni la polilla lo corroen (Mt 6,19)
Amaos hijos Míos unos a otros, porque por todos morí, por todos derramé Mi Preciosísima Sangre. No murmuréis unos de otros, no os juzguéis, amaros y perdonaros. Efímera es la vida para que malgastéis las oportunidades que os brindamos en el Cielo para vuestro bien y méritos, Yo, Jesús os hablo. Mi paz para todo aquel que ponga en práctica estos mensajes.
Desearía que emplearais más tiempo en meditar los puntos de Mi Pasión, entrar en detalles, deteniéndoos en todos los acontecimientos que sucedieron. Desearía que bebierais de Mi Pasión y aplicareis su contenido en vuestra vida y en vuestras almas.
Vivís apegados a la comodidad, y cada día, os cuesta más la mortificación, la penitencia, pero vedme a Mi hecho un despojo por amor a vosotros, ¿y vosotros por amor a Mí qué Me dais? Os quejáis constantemente de las contrariedades que os vienen cada día, y en vez de ofrecérmelas renegáis de todo, y se lleva Mi enemigo mortal lo que Yo os envío para haceros crecer en santidad y para preparados más y mejor, a las pruebas que muchos de vosotros tendréis y (que) serán duras.
Hijos Míos, no desperdiciéis la ocasión de ofrecerme los malos ratos que os vienen en el día, presentárselos a Mi Madre y Ella Me los presentará a Mi unidos a sus méritos. Sois almas muy pobres aún en méritos, y tenéis que crecer más para alcanzar la vida eterna. Debéis de poner mucho más de vuestra parte, y si bien, no buscáis mortificaciones por vuestra cuenta, aceptad con amor y sin renegar las que Mi Padre os envía para vuestro bien, y así poco a poco, tendréis un tesoro en el Cielo donde ni el moho ni la polilla lo corroen (Mt 6,19)
Amaos hijos Míos unos a otros, porque por todos morí, por todos derramé Mi Preciosísima Sangre. No murmuréis unos de otros, no os juzguéis, amaros y perdonaros. Efímera es la vida para que malgastéis las oportunidades que os brindamos en el Cielo para vuestro bien y méritos, Yo, Jesús os hablo. Mi paz para todo aquel que ponga en práctica estos mensajes.
(1) Los católicos siempre hemos considerado a María Corredentora, aunque ese dogma aun no está proclamado
No hay comentarios:
Publicar un comentario