El pan de cada día de un sacerdote debe ser Mi Sagrado Cuerpo. El sacerdote que no comulga en las debidas disposiciones, es un sacerdote que va camino de la perdición eterna. Lo digo Yo y lo dijo Mi Apóstol Pablo. Pueden engañar a sus fieles feligreses, pero no pueden engañarme a Mí y no escaparan a Mí juicio terrible.
Soy Jesús de Nazaret quien habla, y lo hago dolorido y enfadado, porque tengo que valerme de almas pequeñas, de almas vulgares para catequizar, para enseñar la doctrina que mis siervos deberían de enseñar. Mis sacerdotes viven hoy en día cómodamente, con sus buenas casas o pisos, con sus coches, sus móviles, su tele y ordenadores, pero no se esfuerzan en hacerse cada día mas santos, les da lo mismo, ellos viven cómodamente, sin privarse absolutamente de nada y algunos hasta tienen en riguroso secreto una doble vida, y luego, van a celebrar tan tranquilos, y predican como si fueran celosos pastores de almas, cuando su vida esta llena de podredumbre y pecados.
Siervos de Mi grey, siervos Míos, que os habéis corrompido por haber abandonado la oración, ¿qué puedo hacer con vosotros? decidme ¿que puedo hacer con vosotros?....Sois como Judas, traidores que Me habéis cambiado por los placeres y comodidades del mundo, os creéis buenos porque celebráis todos los días la Eucaristía, pero vuestras Eucaristías dan gloria a Mi enemigo infernal Satanás, que cada día, os tiene más atrapados.
Hay muchas almas que rezan por la santidad de los sacerdotes pero si vosotros no os esforzáis y ponéis de vuestra parte, esas oraciones caen como el agua en un impermeable. Queréis haceros santos solo porque recen por vosotros pero ¿dónde esta vuestra abnegación? ¿dónde están vuestros ratos de Sagrario? ¿donde están vuestras penitencias y mortificaciones? A muchos de vosotros os gusta la buena mesa y no os priváis de nada, ni del buen vino, ni de la buena mesa, ¡ay siervos míos! que dolor para Mi Divino Corazón que os ve en las tenebrosas oscuridades en que estáis. Cualquier parvulillo tiene más sabiduría que vosotros en las cosas del Cielo, porque las cree y las pone en práctica, pero vosotros las predicáis pero no las creéis ni las ponéis en práctica, ya os lo dije en Mi Evangelio, si la sal se desalare ¿con que se salará?
Revisad vuestras vidas, revisadlas minuciosamente y quitad aquello que os estorba para la verdadera santidad. Revisad y añadid a vuestras costumbres la penitencia y la oración, dos alas que os harán volar, pero sed asiduos en ello. Hijos Míos, Soy Jesús, Vuestro Salvador que os amonesto porque deseo salvaros, Yo, Jesús, os hablo y os llamo a la conversión. No esperéis más tiempo, confesad en condiciones y cambiad de vida, Yo, Jesús, os lo pido.
Soy Jesús de Nazaret quien habla, y lo hago dolorido y enfadado, porque tengo que valerme de almas pequeñas, de almas vulgares para catequizar, para enseñar la doctrina que mis siervos deberían de enseñar. Mis sacerdotes viven hoy en día cómodamente, con sus buenas casas o pisos, con sus coches, sus móviles, su tele y ordenadores, pero no se esfuerzan en hacerse cada día mas santos, les da lo mismo, ellos viven cómodamente, sin privarse absolutamente de nada y algunos hasta tienen en riguroso secreto una doble vida, y luego, van a celebrar tan tranquilos, y predican como si fueran celosos pastores de almas, cuando su vida esta llena de podredumbre y pecados.
Siervos de Mi grey, siervos Míos, que os habéis corrompido por haber abandonado la oración, ¿qué puedo hacer con vosotros? decidme ¿que puedo hacer con vosotros?....Sois como Judas, traidores que Me habéis cambiado por los placeres y comodidades del mundo, os creéis buenos porque celebráis todos los días la Eucaristía, pero vuestras Eucaristías dan gloria a Mi enemigo infernal Satanás, que cada día, os tiene más atrapados.
Hay muchas almas que rezan por la santidad de los sacerdotes pero si vosotros no os esforzáis y ponéis de vuestra parte, esas oraciones caen como el agua en un impermeable. Queréis haceros santos solo porque recen por vosotros pero ¿dónde esta vuestra abnegación? ¿dónde están vuestros ratos de Sagrario? ¿donde están vuestras penitencias y mortificaciones? A muchos de vosotros os gusta la buena mesa y no os priváis de nada, ni del buen vino, ni de la buena mesa, ¡ay siervos míos! que dolor para Mi Divino Corazón que os ve en las tenebrosas oscuridades en que estáis. Cualquier parvulillo tiene más sabiduría que vosotros en las cosas del Cielo, porque las cree y las pone en práctica, pero vosotros las predicáis pero no las creéis ni las ponéis en práctica, ya os lo dije en Mi Evangelio, si la sal se desalare ¿con que se salará?
Revisad vuestras vidas, revisadlas minuciosamente y quitad aquello que os estorba para la verdadera santidad. Revisad y añadid a vuestras costumbres la penitencia y la oración, dos alas que os harán volar, pero sed asiduos en ello. Hijos Míos, Soy Jesús, Vuestro Salvador que os amonesto porque deseo salvaros, Yo, Jesús, os hablo y os llamo a la conversión. No esperéis más tiempo, confesad en condiciones y cambiad de vida, Yo, Jesús, os lo pido.
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