viernes, 6 de julio de 2007

Dictado del 5-7-07


Es un día que no se puede ni decir. La gente en las playas muestran sus desnudeces y se exhiben desvergonzadamente. El pudor no saben lo que es. Mi Madre la Purísima se tapa los ojos. Nadie tiene vergüenza, ni los hombres que permiten exhibirse a sus mujeres e hijas, ni las mujeres que no les importa servir de escaparates a los ojos de otros.
Yo olvidado totalmente. Las Misas casi desaparecidas. Si no van a misa durante el año, en vacaciones ni se lo plantean siquiera. Comer, beber y gozar, esas son las metas de mis fieles cristianos.

A Mi me crucifican cada segundo pero eso no lo entienden, ni lo entenderán nunca. ¿Que mal hacemos? me dirían mis fieles cristianos, que ni son fieles ni son cristianos, aunque estén bautizados.
Los curas ya no predican los mandamientos y sus predicaciones son vanas y flojas, ¡sin el fuego de mi Espíritu! del que carecen porque sus composturas tibias y mediocres les impiden actuar.

La lujuria es la protagonista de las vacaciones y hasta aquellas almas que en el curso del año me daban un poco de amor, en las vacaciones me apartan, me arrinconan totalmente.
Soy el Sediento Perpetuo. Nadie se compadece de Mí. Reparadme vosotras almas que vivis la consagración a Mí y a Mi Corazón y Santa Madre, reparad tanta ignominia y abandono del bien.

Soy Jesús, Maestro y Amor. El Maestro de Nazaret quien os habla y os pide de beber. Y aunque Yo soy la Fuente de Agua Viva, quiero que mis almas, las que costaron Mi Sangre Preciosísima, me den de beber porque las amo.

Sus Santos Ángeles se tapan los ojos para no ver a sus almas encomendadas envueltas en el lodo del pecado y lo que es peor es que no tienen conciencia del pecado. No crecen en santidad porque están atrancadas entre sus propias miserias. No menguan, no espelechan, son flores mustias de mi jardín que sin ser seres malos, no suben e nivel espiritual porque no quitan de su interior el criterio humano y no dejan que Mi Espíritu sea Guía y Maestro interior.

Proclamad hijos míos que seguís mis huellas, mis enseñanzas evangélicas, sin temor al que dirán, sin prejuicios, sin miramientos. Hablad o hablaran las piedras, hablad sin importaros si en vuestra familia va a haber división de opiniones. Yo os lo pido hijos míos, Jesús de Nazaret.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este blog es interesante, espero que lo lea mucha gente. Enhorabuena a su creador.
E.C.