Rezando al menos una vez al día esta oración en cualquier lugar donde estés, haciéndolo de corazón y traslandote mentalmente a algún Sagrario, aplacarás un poco la sed del Señor. Si la rezas varias veces al día, aún es mejor.
¡Oh Jesús! Corazón Divino, oculto en el Santísimo Sacramento,
desde aquí te adoro en todos los Sagrarios del mundo,
donde estés presente.
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