miércoles, 27 de junio de 2007

Dictado del 23-6-07


Es el día más grande de la Humanidad. Ese día resucité en contra de todas las leyes de la naturaleza. Yo me devolví a Mi Mismo la vida. Mi Madre lo creía y lo esperaba, pero a todos sorprendió este hecho portentoso.
Yo quise demostrar que puedo con todo, vencer al mal y a la muerte. Yo soy el Vencedor de los Infiernos, el Redentor y no se me da gloria como tal.
Quiero que mis misterios sean meditados y enseñados. Quiero que los misterios de la fe católica, sean enseñados a los niños que muchísimos ignoran estas cosas porque, las catequesis son vanas, frívolas, absurdas.
Mi Madre es Maestra de Amor y tampoco se habla de Ella como seria mi deseo. Pocos niños aman a la Virgen María. Hoy enseñan (1) valores humanos y no divinos. Enseñan solidaridad, tolerancia, amistad, pero no enseñan sacrificio, penitencia, abnegación.
Las madres llevan a sus hijos a clases de gimnasia, judo, ingles o música, pero no se preocupan de hacerlos fuertes para afrontar los días de prueba y de tentación.
Los padres solo piensan en sus negocios, cuentas corrientes, coche y vacaciones, entre otros, pero pasan olímpicamente de sus hijos a los que ignoran y ni siquiera escuchan.
Pediré cuentas porque estáis creando una generación vacía y vana. Futuros hombres y mujeres sin base fuerte ni preparación para la vida. Por eso, tantos matrimonios rotos, tantos abortos, tantas depresiones.
Yo os pido que seáis según mis leyes y practiquéis todos mis Mandamientos, pues por ellos, os voy a juzgar. Aunque os digo todo esto, os amo incondicionalmente, por eso, deseo que vayáis por las sendas rectas de la salvación.
La vida es efímera y perecedera, la vida eterna, la que os quiero dar, nunca termina.
Profundizad en este misterio de la eternidad. Siempre dura. El destino eterno que escojáis será para siempre, para siempre.
Id a Mi Madre, Consoladora de almas, Refugio de pecadores y afligidos. Su bondad la notareis en vuestros espíritus. Ella os ama tanto como Yo. Su Corazón tiene una capacidad de amar inmensa y única, después de Mí, no hay nadie que os ame más.
Es la Dolorosa, vuestros pecados son espinas punzantes para su Corazón. Ella ama a vuestros hijos y desea que los hagáis dignos de Mí. Os espera, intercede por vosotros y vosotras (2). Ella es Madre de Amor y Misericordia. Acudid a su Corazón Maternal. Ella es Mi Madre y la Vuestra.

(1) No se si refiere a los catequistas o a la sociedad.
(2) Se refiere a los padres y a las madres.

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