jueves, 12 de febrero de 2009

Santísimos deben ser los Obispos, santísimos

Santísimos deben ser los Obispos, santísimos. Porque cuando un Obispo que es sucesor de los apóstoles y es Cabeza del clero no sea santo ¿que serán sus encomendados?

El Obispo debe ser un padre para cada uno de sus sacerdotes, debe velar para que no se tuerzan. Si el sacerdote es débil y cae, debe ayudarlo y encomendarle asuntos que le ayuden a no caer. El debe tener un seguimiento para con los sacerdotes más débiles o mas problemáticos, porque su acción será muy eficaz en el alma de sus sacerdotes. Yo, Jesús, os hablo. Los Obispos tendrán en su diócesis sacerdotes que le den problemas, pero ellos prudentemente y con sabiduría del Cielo, deben salvar, guiar y ayudar a esos sacerdotes para que no se malogren. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos Míos, Obispos que estáis ahí porque así lo he querido Yo, sed verdaderos padres y amigos incondicionales de vuestros sacerdotes, que ellos os busquen para contaros sus pesares. Se que tenéis muchos asuntos que llevar, pero sacad tiempo para ellos y guiarlos prudentemente. Haced con ellos lo que Yo Mismo haría, y transmitirles confianza para que seáis vosotros los primeros en conocer sus problemas y no los conozcáis por boca de otros.

Confesad a vuestros sacerdotes y perdonadles en el Sacramento de la Reconciliación Yo, Jesús, os daré toda clase de gracias para que guiéis a Mis ministros como deseo. No solo tendréis la gracia de estado, sino gracias especiales, porque deseo que hagáis vuestra labor con acierto y amor. Yo, Jesús, os hablo.

Pero os advierto que también vosotros os encontrareis con hijos malos que no desean recibir misericordia, ni amor, pues la historia de Judas se repite en el correr de los siglos y no estáis exentos de murmuraciones, juicios, críticas e intolerancias, porque habrá quien os ataque hagáis lo que hagáis, esos son los hijos de Satanás que a Mi Mismo Me venderían si estuviera entre ellos.

Pedid por esos malos hijos. Presentádselos a Mi Santa Madre y no consideréis demasiado lo que os hagan y os digan, porque soportando paciente y cristianamente el mal que os hagan, subiereis peldaños en la vida de la gracia. Os doy Mi paz y Mi amor, y os abrazo en Mi Divino Corazón donde os llevo para que no os perdáis, y para que Satanás no os hunda. Yo, Jesús Vuestro Salvador, os hablo